El proyecto Salud Savia arrancó en 2017 con 3 premisas: utilizar productos ya existentes para configurar un servicio de primera línea, estar en cloud y basarse en los datos para tomar decisiones.
Savia es una empresa compuesta, de antes de que Gartner las pusiera de moda como la tendencia emergente más interesante de 2020. Desde su arranque hasta su puesta de largo ante la prensa 18 meses más tarde, sacó tres marcas diferentes al mercado, probó a incluir los servicios de 6 proveedores de salud, de los cuales sólo incorporó a algunos y se montó utilizando 2 clouds, Amazon y Google, en lugar de una.
El reto
La visión estaba clara: un pulpo. Se trataba de centralizar en un solo punto todo lo que tuviera que ver con los clientes, de modo que su experiencia fuera coherente y fluida.
El pulpo tendría múltiples patas, correspondientes a todos los servicios que se pudieran incorporar a la oferta. Las patas serían numerosas, diferentes entre países, completamente heterogéneas y externas al cerebro. Además, serían seguramente volátiles: añadir o quitar una pata debía ser rápido.
Todos los intercambios, toda la información debía ser analizable por los especialistas en datos para poder ver qué sí y qué no, en un ciclo de cambio constante y rápido. La estructura del equipo de tecnología debía ser muy ligera.
La solución
Savia contó con el enfoque y asesoramiento por parte del equipo de Balandra para diseñar una arquitectura orquestada de microservicios, compuesta sobre módulos maduros como Salesforce o Zuora.
Con esta arquitectura, cada marca requería los servicios que necesitaba de los componentes que necesitaba, pero la misma arquitectura y los mismos componentes eran capaces de comportarse de formas diferentes de acuerdo con la marca, el tipo de cliente… La información se anonimiza para su viaje a los entornos de datos, donde se estudia constantemente el comportamiento del sistema para ajustarlo.
La visión futurista de Savia es la de un sistema complejo, capaz de agregar el comportamiento de sus elementos, que proporciona a sus gestores visibilidad de lo que ocurre y capacidad de corrección sobre sí mismo. El sueño de cualquiera.